yo

que sólo soy un artista

de variétés

 

 

Historia(s) del cine es un poema-film-ensayo. Godard lo concibió a partir de un ciclo de conferencias dictadas por él en 1978 en el Conservatorio de Arte Cinematográfico de Montreal, agrupadas luego bajo el título Introducción a una verdadera historia del cine (París, Albatros, 1980). Posteriormente, Godard se abocó durante casi veinte años a un trabajo que dio como resultado Historia(s) del cine (París, Gallimard-Gaumont, 1998), un poema-ensayo dividido en cuatro “libros”, plagado de citas y que sirvió, con modificaciones, como guión del film del mismo nombre, registrado en cinco discos compactos por ECM (Munich, 1999). “Acumulé documentos, junté películas que me gustaban y documentales que pensé que me harían falta, recortando muchas fotos”, dijo Godard en una entrevista. Por otra parte, “Ver y leer coexisten en Godard, y suponen un reencadenamiento constante”, ha escrito Adrián Cangi en el prólogo a la edición española de Historia(s) del cine. Los fragmentos que ahora presentamos, junto con las notas correspondientes, fueron extraídos de tal versión, realizada por Tola Pizarro y Adrián Cangi (Buenos Aires, editorial Caja Negra, 2007).

 

 

 

 

historia

de la soledad

 

soledad de la historia

 

el cine proyectaba

y los hombres

vieron

que el mundo

estaba ahí

un mundo casi

sin historia aún

 

pero un mundo

que narra

 

y para

en lugar de la incertidumbre

instalar la idea y la sensación

las dos grandes historias fueron

el sexo y la muerte

 

historias de belleza, en suma

la belleza, el maquillaje

en el fondo

el cine no forma parte

de la industria

de las comunicaciones

 

ni de la del espectáculo

sino de la industria de los cosméticos

de la industria de las máscaras

la que a su vez sólo es

una magra sucursal

de la industria de la mentira

(…)

 

es por última vez

que la noche reúne sus fuerzas

para vencer a la luz

 

pero es por la espalda

que la luz

va a herir a la noche

 

y al principio

muy suavemente

como si no se lo quisiera espantar

el susurro

que el hombre ya percibió

hace tiempo

oh hace tanto tiempo

mucho antes de que el hombre existiera

 

el susurro

recomienza

 

un proyector de cine

está obligado

a acordarse de la cámara

porque el cine no es sólo una industria

de evasión

es ante todo

el único lugar

donde la memoria es esclava

(…)

 

el cine

como el cristianismo

no se funda

en una verdad histórica

 

nos da un relato

una historia

y nos dice

ahora: cree

 

y no dice

concede a este relato

a esta historia

la fe propia de la historia

sino: cree

pase lo que pase

(…)

 

todas estas historias

que ahora son mías

cómo decirlas

mostrarlas quizás

 

pero cuando nací

acaso me volví también

un fraude

en la sangre

de mi madre

 

yo quería ser ingeniero

ni siquiera sé

si logré ser ingenioso

 

la invención

del guión

vino de

un insignificante contador

de la mafia

había que poner

orden

en el desorden

(…)

 

si una imagen

contemplada por separado

expresa claramente algo

si contiene

una interpretación

no se transformará

por el contacto con otras imágenes

las otras imágenes no tendrán

ningún poder sobre ella

y ella no tendrá ningún poder

sobre las otras imágenes

ni acción

ni reacción

ella es definitiva e inutilizable

en el sistema

del cinematógrafo

 

los filmes son

mercancías

es necesario quemarlos

yo le había dicho a Langlois [1]

pero cuidado

con el fuego interior

materia y memoria [2]

el arte es como el incendio

nace

de lo que él quema

(…)

 

la historia del cine

está ligada ante todo

a la de la medicina

los cuerpos torturados de Eisenstein

más allá del Caravaggio

y del Greco

remiten

a las primeras disecciones de Vasalius

(…)

 

y también

ya que había querido

imitar el movimiento de la vida

era normal

era lógico

que la industria del filme

comenzara vendiéndose

a la industria de la muerte

(…)

 

ya es hora de que el pensamiento

vuelva a ser lo que es

en realidad

peligroso para el pensador

y transformador de lo real

allí donde creo

soy verdadero

escribía Rilke

(…)

 

los partidarios del nosotros

se equivocaron

acerca de la persona

las contradicciones del mundo

figuran en la ecuación

fundamental

de cualquier existencia

x es un persona

un elemento creador

una libertad incalculable

(…)

 

mientras que el acróbata

es presa

 

del equilibrio más inestable

pedimos un deseo

 

y ese deseo es

extrañamente doble

y nulo

anhelamos

 

que se caiga

y anhelamos

que resista

pero ese deseo es necesario

 

no podemos

no formularlo

con toda contradicción

y sinceridad

(…)

 

y si Alfred Hitchcock

fue el único

poeta maldito

que conoció el éxito

es porque fue

el más grande

creador de formas

del siglo veinte

y porque son las formas

las que nos dicen

finalmente

qué hay en el fondo

de las cosas

ahora bien, qué es el arte

sino aquello por lo cual

las formas devienen estilo

y qué es el estilo

sino el hombre

 

entonces es una rubia

sin sostén

seguida por un detective

que tiene pánico al vacío [3]

los que nos aportarán

la prueba

de que todo eso

no es más que cine

dicho de otra manera

la infancia del arte

 

en sus comienzos

sólo sentía

poca cosa

y creía

saberlo todo

habitado únicamente

por la duda, el dolor

el espanto

ante el misterio

de la vida

todo comenzó a flotar

y ahora

que lo sentía todo

creía

no saber nada

 

y sin embargo

del descuido

a la inquietud

del registro amoroso

de los comienzos

a la forma vacilante

pero esencial

del final

es

la misma fuerza central

que gobernó

al cine

(…)

 

sólo el cine

vio

que si cada uno

hace su tarea

las masas se organizan

solas

siguiendo un irreprochable

equilibrio

que la luz cae

donde debe

y soslaya

lo necesario

porque es útil

que ilumine un punto

de la escena

y porque la sombra

puede reinar en el resto

 

es el único

que siempre estuvo

presente

en todo

lo que miraba

el único que pudo

permitirse mezclar

el lodo

con el fulgor de los ojos

introducir fuego

en la ceniza

hacer brillar

en una mortaja

una rosa

o un azul pálido

tan lozano

como una rosa

 

su humanidad

es realmente formidable

es fatal

como la queja

devastadora

como el amor

 

dramático

como el intercambio

indiferente y continuo

entre todo lo que nace

y todo

lo que muere

 

 

 

Notas

 

[1] Henri Langlois (1914-1977) es para Godard, en alma y cuerpo, la historia del cine. Fue cofundador junto a George Franju de la Cinemateca Francesa en 1934. El “dragón de la custodia”, como lo llamó Cocteau, fue el que permitió a buena parte de la Nouvelle Vague el desarrollo de su obra. Contribuyó con Resnais y Rouch y, entre 1938 y 1939, impulsó el desarrollo del neorrealismo italiano. Godard hace referencia especialmente a su propuesta a Langlois de realizar el proyecto de las Historia(s) del cine, al mismo tiempo que lo invitaba a dinamitar la cinemateca, conservando sólo dos o tres películas, para que él quedara en la historia como el que las salvó del desastre. De allí proviene la frase “hay que quemar las películas con el fuego interior, por supuesto”.

[2] Godard cita Materia y memoria. Ensayo sobre la relación del cuerpo con el espíritu, de Henri Bergson, texto de 1896 contemporáneo del nacimiento del cine. Gilles Deleuze supo ver en este texto una obra transformadora que imaginó todo aquello que el cine experimentaría durante el siglo XX. Supo ver también, en la filosofía de Bergson, un tema lírico: un verdadero canto en honor de lo nuevo, de lo imprevisible, de la invención, de la libertad. Godard invoca este nombre en relación con la frase “el arte es como el incendio/ nace/ de lo que él quema”.

[3] Godard hace referencia a Vértigo (Vertigo, 1958), en la que la rubia (Kim Novak) es seguida por el detective (James Stewart). Sabemos que el detective tiene pánico al vacío después de haber visto morir en un accidente a un colega. A pedido de su marido, el detective la sigue porque esta hermosa rubia tendría tendencias suicidas.