El Mañana

 
 
Y si estuviera enfermo, ¿me cuidarías hasta mi muerte, amigo?

y si nunca sanara, ¿verías mis ojos amarillos día tras día?,

cuando tu mujer mire cansada por la ventana,

me culparías de pasar demasiado tiempo con ella…

¿Recuerdas quién era el fuerte?

¿Recuerdas quién era el fuerte de los dos?

Uno de nosotros tenía cierto temor que lo paralizaba,

cierto temor que no recuerdo.

Uno de los dos tenía cierto amor imposible, y ella fue a buscarme y lloró de desprecio,

fue a buscarte para decir que se iba y que no la buscaras,

partiría a un mundo en donde hay dinero fácil

si es que aceptas las reglas del juego,

si le das a todos lo que quieren

y lloras con ellos en sus corazones cada vez que lo hagan,

lloras de emoción como una artista en el escenario,

bebes hasta despertar con la mente en blanco y odiando el pasado…

Ese es el futuro inevitable, uno de los dos caerá antes

y no importa si luchamos o no

por encontrar la pasión de nuestras vidas,

la encontramos de todas formas, fue fulminante mientras duró.

Ese es el futuro inevitable, morir juntos como mártires,

o morir armados y condenados por el mundo,

como amigos del silencio traicionados por la espera del tiempo.

 

 

La Ira de Morfeo

 
 
el recuerdo vital

de los cuadernos de dibujo y poesía

de la adolescencia,

el aliento alcohólico y cansado

en las calles interminables…

 

el frío de esta noche te matará

anuncia la luz del padre protector,

se revelan las aves nocturnas,

la ira de los cuerpos eternos.

 

el frío calcina mi carne en la cripta de los cristales

y en la caída de las almas

se funde en una sola sangre.

 

he despertado.

 

 

Épica del invierno

 
 
En la escena de mi muerte, hijo

están los secretos de la naturaleza.

 

Sacude tus cadenas

incitando al caos en las demás celdas,

alza la camisa ensangrentada.

 

Golpeen las tablas de los féretros del mundo

extrañas esencias,

que el ángel despierte

junto a los jóvenes hermanos marcados por las pestes.

No olviden el compromiso de la naturaleza lúgubre

con la libertad de la conciencia humana, al animal en el sendero.

No vengan por mi cuerpo,

no vengan jamás por mi liviano cuerpo…

 

 

Para recorrer la Caverna

 
 
Cuidamos del animal herido-

no habrá descendencia

después de que el pueblo sea tomado:

los niños que lloran de hambre

son asesinados uno a uno

por regla hasta antes del amanecer.

 

Ayudamos a la que tomamos por nuestra cría

a reconocer en el sueño profundo

la respiración de las fieras que perecieron en el frío,

a entrever la ceniza en la tierra conquistada

por la que alguna vez llegó caminando descalzo hasta acá

con los pies cortados y gritando nombres.

 

Dejaremos los refugios

porque ya no tiene sentido agonizar lejos de los gritos de la gente;

y él – portavoz de los muertos, completo de su sangre-,

tendrá la razón para dar nueva vida

y caer exigiéndola.