1
Un campo de flores de metal.Vuelves a tu casa y está deshabitada. Un avión te empapa de pesticidas. Un cuerpo surca el aire a casi diez metros por segundo, y luego otro, y otro. Una niña nace imbunchada y desarma el mundo frente a sí. Wittgenstein te mira desde un póster de la pared. Una máquina te entierra y luego te rescata el diablo. Suena el maldito Rápido Movimiento de los Ojos. Todo se mueve como una película rusa del siglo XX. Una cabeza rueda calle abajo, los dragones surgen del mar, y en un espacio de nadie se acumula la carne. La materia de este libro es la materia brumosa del sueño profundo. Los relatos son un compendio de pesadillas, una máquina que agencia deseos de muerte. Son, por eso mismo, relatos de amor. Los personajes que habitan estos cuentos se destrozan por dentro, infectados por el virus que Sandman avisa en el epígrafe.
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En el libro, la fuerza gravitatoria de Nocturama sacude la lectura. La claridad con que funcionan los límites de cada texto se vuelve difusa, y, como en la noche de los muertos, los espíritus de un plano pueden pasar al otro en la lectura (¿por qué será que los muertos ya no mueren para siempre?). Marilyn, Tito Molotov y Peter Holder son visiones internas del propio texto, sostenidas por la narrativa melancólica de Vladimir. Su prosa funciona como un mantra de la desolación, que brinda unidad y sostiene los pasajes más inquietantes con la mayor de las calmas. Es el tono, espeso y ominoso, de baja frecuencia, que ayuda a remover el velo en el que conviven los personajes.Por ello, el lector llega al mismo lugar que el narcoléptico: entiende que discernir la realidad de la pesadilla es un esfuerzo vano.
3
En 1979 el manager de JoyDivision dijo que la música de su banda era gótica; violenta y oscura. Un año más tarde Ian Curtis se suicidó. Lo mismo hizoKurt Cobain, Antonia Hueicha, el padre de Alicia Stoney la hija del buzo mariscador. A principios del año 400, los bárbaros góticos arrasaron con el imperio latino y acabaron por saquear Roma. La idea de lo gótico comporta un deseo de muerte. Una clase de destrucción, también. No es solo el suicida, sino también quien abraza la posibilidad de morir. Los ojos desenfrenados que encarnan una sed primordial y densa.
En este libro la imagen del guerrero que retorna está tres veces. Entonces, ¿es gótico este libro por la sangre derramada? No. La sangre aquí es espesa y no fluye. Es una mancha, un dibujo indescifrable trazado con tiza. Aquí, lo gótico es el sueño invertido de un soldado. No es la matanza, sino la sugerencia de la muerte: la amenaza que se expresa en una pierna rebelde, en el orgasmo infeccioso que crea un nuevo portador, en las partes opacas de una radiografía. Es la enfermedad y el anuncio. Los segundos que median los pisos de un edificio a medio construir mientras se cae. La tranquilidad de un auto antes del choque. El incansable amor de un padre que jala el gatillo a su pecho. Qué sabe Peter Holder de amor es una pesadilla cuyos monstruos asumen formas mínimas para proyectarse.
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Los espacios de este libro son personajes. De la tierra surge un determinismo brumoso y trágico, marca de una melancolía telúrica. Vladimir enraíza en la tierra con la fuerza de una maldición primigenia, y son los personajes de Qué sabe Peter Holder de amor que hacen su eco en el sur. ¿Qué otro destino podía esperar al Emporio Don Luis? El terreno sobre el que se levanta carga un conjuro milenario, cuyo origen se encuentra en un amor infecto. Después de eso, sobre una casa de alerce caen los suicidas. En Nocturama una ciudad es abierta de venas, y, comprobando la poca profundidad del inframundo, allí aparece el demonio. Los ejemplos abundan: la cabañita allende al río Damas, los estudiantes escapan de la lluvia, Franz Bär cae desecho sobre un campo de arroz.
5
Aunque todas estas notas existen bajo el techo de Qué sabe Peter Holder de amor, intentar desmenuzar estos cuentos es un sinsentido. Más allá de un catálogo onírico, una permeabilización del género del cuento, un tono gótico o un naturalismo oscuro del sur de Chile, este libro es un mundo persistente. La vocación de oficio en Vladimir brilla en el ejercicio de su conjura. Su prosa es la sinergia que permite que estos cuentos, como Diez de Emar, se lean desde la unidad.
Es el ambiente, la sensación inquietante que surge de los silencios, la neblina. Es un ligero regusto que le queda el lector, que recuerda al comic Black Hole, a los tajos de un destripador, el abrazo tibio de una madre. La persistencia, finalmente, que tienen los relatos. El lector es un visitante y a la lectura un paseo a media luz por el horror contemporáneo. No importa cuántas veces cerremos este libro, la dimensión develada por Vlad sigue existiendo y trasciende su materialidad.
La narrativa terrígena de Vladimir conforma una realidad propia. Desde allí nos altera. Hay una extrañeza particular que cubre el mundo de Peter Holder y que el ejercicio de la lectura nos contagia. Como las escamas que produce ese bicho venéreo en Nocturama, o la soledad infinita de la mujer que se aleja y acerca a un amor drogadicto, el prisma de este libro es permanente en uno: la neblina es la mancha que avanza en las resonancias, Toto canta el himno que precede a la muerte y la carne dura es el único consuelo de la juventud.
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Agradecimientos: Editorial Chancacazo
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Utilizando la máxima tecnología disponible, la ganadora del libro de cuentos Qué SAbe Peter Holder de Amor, de Vlad Rivera Órdenes, es Chagall Antu Acevedo Gonzalez.. Muchas gracias a todos por participar.
io quiero al peter holder!
saquense un peter holder
Leer algo a lo Diez… a lo Pitágoras.
Es curioso que Ovando hable de lo ominoso para describir parte del libro, quizá sea esa una mejor definición para lo desconocido.
Decir blablabla, solo repetiré lo que dijo un amigo mío una vez que se ganó un libro en un concurso parecido a este:
«quiero el libro porque soy adicto a la pasta»
gracias.
bueno, después de leer estos cinco apuntes claro que quiero saber qué carajo sabe Peter Holder de amor.. y quiero saber cómo se escribe un libro de cuentos desde la unidad… de tres en tres, como decía Bolaño, yo los escribo de dos en dos, cosa tan peligrosa como escribirlos de uno en uno, al parecer
o hay que dejar el comentario acá? No lo sé
pero sigo en la pobreza y quiero leers
abrazo palovando