Permítaseme recordar un atardecer de verano en Lautaro, mi pueblo natal, veinte años después de que ocurriera esta escena. Ritualmente salíamos al atardecer a caminar por el pueblo donde ahora sólo me podría acompañar “el buen crepúsculo/ ese único amigo que me queda”...
Llegué en bicicleta a la casa de Caro Guttmann después de pedalear un buen rato y recibir unos garabatos por no respetar un ceda el paso en una intersección. Los garabatos y las buenas conversaciones tienden a sacarte del ensimismamiento que a veces amenaza con...