No recuerdo bien desde cuando los carros de supermercados me llevan a la casa rodante del Divino Anticristo y su faldón de abuela, de libros hechos a mano y una serie de objetos que se cambian por una que otra palabra o insulto, más bien insultos que palabras.
En el transcurso de mi vida nos hemos encontrado de vez en cuando, lo he visto declamar y gritarme como será mi trágica muerte a fierrazos frente a un televisor, otra vez fue más amable y aseguró que mi vida se compartía con la de mi amante, ya que mientras uno duerme el otro vive el sueño del otro, pero quizá lo más notable fue que a través de un papel arrugado escrito a mano, con perfecto diseño hecho por el mismisimo, me demostró que el poeta Xiroc , en realidad es la reencarnación de Gloria Simonetti .
Hace unos días me encontré con un par de sombras ciegas, caminando una tras la otra, dos mujeres en pleno día caminando con los ojos cerrados, excesivamente abrigadas, dejando tras de sí un aroma parecido a las palabras de nuestro anticristo. Las fotografié en su trayecto. No sé si las volveré a ver. Aquí van como una sombra de nuestro querido divino. (primera parte)