Reseña de Odas contra el olvido, de Margarita Schultz
Por de pronto, un lector atento percibirá en esta obra una puesta en escena que va más allá de la apología hacia las cosas cotidianas (la oda al vaso de agua, el paraguas, la mano) o una concatenación de conjuraciones sobre emociones, sentimientos o recuerdos (Oda a la esperanza, la confianza, la paciencia).
Personajes Secundarios, por Joyce Johnson
Cuando iba a la universidad a principios de los años cincuenta, no sentíamos demasiado aprecio por aquella época. Éramos la generación silenciosa, pero nos hubiera gustado muchísimo más pertenecer a la generación perdida. Las chicas más guapas, las más lanzadas,...
Temporada final, por Maivo Suárez
Miré la gran mancha de sangre en la camisa celeste y luego el diminuto cráter de bordes oscuros. Le habían disparado a la altura del hombro. El Boris cerró los ojos y pese a las muchas arrugas, demasiadas para sus dieciséis años, reconocí la cara asustada de cuando...
Los misteriosos entes de la dimensión DMT, por Alan Meller
I El viaje Junto con el DMT, Alice me dio una serie de indicaciones que seguí al pie de la letra. Una pieza oscura, los teléfonos apagados para evitar interrupciones. Debía sentarme en medio de la cama y colocar cojines donde dejarme caer. Tenía dos dosis y ella me...
Playlist (selección), por Ernesto González Barnert
Playlist tiene algo de adictivo, al avanzar por sus páginas uno desea saltar rápidamente al próximo poema para cantar en su mente la próxima canción. Entregado al ritual colectivo del hit, el poeta abandona todo rasgo de grandilocuencia y se ubica en el lugar humilde...
Anotaciones en torno a una mujer sola, por Macarena García Moggia
1. El título del libro me dice mucho: habla de un viaje, no de un viaje turístico ni monumental sino de un viaje a través de unos pueblos. Habla de una mujer, además, que no tanto por ser mujer sino por estar sola llama la atención de los demás. Y habla, en...
Cuatro fábulas del Rey Salomón, por Joaquín Trujillo
1 En aquel tiempo vinieron ante el rey Salomón dos prostitutas. Una de ellas dijo: —¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer habitábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. Aconteció que al tercer día de dar yo a luz, ésta dio a luz también, y...
Experiencias con alucinógenos: el modo armónico, por Drago Yurac
Este texto nace porque al leer Las palabras y las cosas de Michel Foucault, hay un capítulo dedicado a la episteme –un espacio histórico delimitado donde se configuran ciertas maneras de racionalidad, discursividad y prácticas que condicionan las formas de pensar y...
Domingo, por Tomas Richards
Va a abrir los ojos y va a saber de inmediato que es domingo. Va a ver el césped parejo más allá de la pileta y la luz clara al otro lado de la ventana. Por la altura del sol en el cielo va a saber que son más de las ocho. Deben ser como las ocho, va a pensar antes de...
Estatura de la sal y otros poemas, por César Cabello
Un ser diminuto, como el que les habla,
apenas sabe de agujeros y escondrijos.
La soledad del héroe no cabe en este canto.
Su pisada tiene la estatura de la sal.
Diario del dinero (extractos), por Rosario Bléfari
En los próximos días, publicado por Mansalva, sale la obra de la artista. En sus redes sociales lo describió como «una cosa que escribí durante años, material de análisis para economistas y sociólogos, divertimento posible para chismosos y para los que se preguntan cómo vive una Tipa como yo»
De Caminar en el hielo, por Werner Herzog
A fines de noviembre de 1974 me llamó un amigo desde París y me dijo que Lotte Eisner estaba muy enferma y que probablemente moriría, a lo que yo dije que eso no podía ser, no en este momento, el cine alemán aún no podía prescindir de ella, no debíamos permitir que eso sucediera. Agarré una campera, una brújula y un bolso con lo estrictamente necesario. Mis botas eran tan sólidas y nuevas que confiaba en ellas. Tomé el camino más recto hacia París, con la firme creencia de que ella seguiría con vida si yo iba a pie. Además, quería estar a solas conmigo.
¿Tiranía en Chile?, por Ana Francisca Viveros
En Chile hemos tenido varios gobiernos tiránicos y no han respondido precisamente a contextos sociales muy particulares, ni tampoco han perpetuado a líderes que hayan aportado glorias para la ciudadanía –ni menos sabiduría-. La mayoría de ellos ha utilizado una violencia desmedida en contra de su propio pueblo, la mayoría han sido militares que han abusado de su posición y la mayoría ha sido indolente en relación a los afectados por ese “contexto particular”.
Las uvas de la ira (extracto), por John Steinbeck
He estado pensando en el campamento del gobierno, cómo nuestra gente se cuidaban unos a otros, y si había pelea la arreglaban ellos mismos; y no había policías moviendo sus armas, pero había más orden del que los policías podrían haber proporcionado nunca. He estado preguntándome por qué no podríamos hacerlo por todas partes. Echar a los policías, que no son nuestra gente. Trabajar juntos por nuestra propia causa… trabajar todos nuestra propia tierra.
Los errantes (extractos), por Olga Tokarczuk
La casa está a oscuras, en las estancias el aire, poco a poco, se enfría, se debilita. No hay nadie; se han marchado, han desaparecido, cada vez más tenues se pueden oír todavía sus voces, su arrastrar de pies, el eco de sus pasos y alguna risa lejana. Al otro lado de la ventana el patio aparece desierto. La oscuridad se desliza suavemente desde el cielo. Se posa sobre todas las cosas como un negro rocío.
Un regalo para Pat, por Philip K. Dick
—¿Qué es eso? —preguntó Patricia Blake ávidamente.—¿A qué te refieres? —murmuró Eric Blake.—¿Qué has traído? Sé que has traído algo. —Su pecho subía y bajaba bajo la blusa de malla a causa de la excitación—. Me has traído un regalo. ¡Lo he adivinado!—Cariño,...
El día antes de la revolución, por Ursula K. Le Guin
Mi novela Los desposeídos trata de un pequeño mundo poblado por personas que se llaman a sí mismas odonianos. El nombre proviene de la fundadora de su sociedad, Odo, que vivió varias generaciones antes del momento en el que se desarrolla la novela y que, por tanto, no...
Guiando la hiedra, por Hebe Uhart
Aquí estoy acomodando las plantas, para que no se estorben unas a otras, ni tengan partes muertas, ni hormigas. Me produce placer observar cómo crecen con tan poco; son sensatas y se acomodan a sus recipientes; si éstos son chicos, se achican, si tienen espacio,...