Esta entrevista apareció en la edición del invierno de 1989 de Revisión. La condujoWill Noffke.
Will Noffke: En los dos libros que usted ha escrito menciona la influencia de los platos voladores. ¿Nos explicaría cuál es exactamente su idea de un objeto volador no identificado (OVNI)?
Terence McKenna: En nuestro primer libro, The Invisible Landscape (El paisaje invisible), la referencia es muy escasa, sólo se toca el tema una vez. Lo suprimí deliberadamente porque pensé que el libro ya estaba colmado de por sí con ideas raras como luces de un árbol de navidad. Guardé el ornamento para tratarlo por si solo más adelante en el libro parlante True Hallucinations (Alucinaciones verdaderas). Me parece que con los alucinógenos triptamínicos en general y especialmente con la psilocibina, realmente experimentamos un estado de la mente muy parecido al que se describe en los contactos con dichos objetos. Los estados de mente chamánicos y los contactos con OVNI tienen perfiles que pueden registrarse uno como la silueta del otro. A niveles activos la psilocibina induce imaginación visionaria de naves espaciales, criaturas extrañas e información del exterior. Hay una cualidad futurista de ciencia ficción en la experiencia con psilocibina en general, que parece originarse del mismo lugar que el moderno mito del OVNI.
En 1971 mi hermano y yo descubrimos, durante nuestra expedición al Amazonas, que la acumulación de triptaminas en el organismo de una persona parece conferirle la capacidad de vivir en más de un mundo a la vez, como si se colocara otro mundo sobre la realidad. Es una superrealidad, un mundo hiperdimensional donde la información es accesible de modo mágico. En seguimiento de nuestros descubrimientos en el Amazonas revisé la literatura de la experiencia mística, de las experiencias con OVNI y de sistemas ocultos como la alquimia. Eventualmente vi que estos diferentes cuerpos de pensamiento hablaban de lo mismo. Para la gente moderna la experiencia que gana ascendencia es el «contacto con OVNI» pero sin que pueda reducirse a ninguna de las explicaciones que sugieren los expertos y especialistas en OVNI. No es, estrictamente hablando, un contacto de la carrera espacial que viene de las estrellas ni es histeria de masas o ilusión. En realidad sucede algo raro, algo que desafía las nociones epistemológicas modernas como sería para los campesinos de Nueva Guinea un jet de transporte de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que aterrizara en un campo cercano. Una gran proporción de gente asegura haber visto OVNI pero la ciencia no puede explicarlo. Parece como si la realidad estuviera perseguida por un vórtice giratorio que reduce la ciencia a la impotencia. El vórtice es el OVNI que viene y va en escala masiva y obsesiona la historia como un fantasma.
Hablo específicamente del disco giratorio plateado post Segunda Guerra Mundial y el mito acompañante de extraños con orejas puntiagudas y ojos de gato. Aunque tiene variaciones numerosas es claramente una idea compleja que emerge de la psiquis colectiva. La cuestión es: ¿qué es? ¿Es una profecía? ¿Es una visión del futuro humano? La fase posmoderna de la especulación del OVNI reconoce que no es simplemente luz que se ve en el cielo sino algo asociado con la psicología humana. Los investigadores han determinado que las que ven OVNI son, en muchos casos, personas que pensaban cosas raras e inusuales inmediatamente antes de verlos. El OVNI parecería actuar como un catalizador ideológico para algún propósito. Jacques Vallee fue la primera persona que sugirió lo que yo llamaría «teoría del termostato cultural» del OVNI en un libro llamado The Invisible College (El colegio invisible). El piensa que el plato volador es un objeto del inconsciente colectivo de la raza humana que aparece para romper el control de un conjunto de ideas que en un momento determinado ganan dominio en su poder interpretativo a expensas de la ética, es una perturbación que entra en la historia una y otra vez cada vez que se acumula presión.
Colin Wilson sugiere una idea similar en la novela The Mind Parasites (Los parásitos de la mente), afirmando que la carrera de Cristo fue una perturbación que descolocó la ciencia y el militarismo romanos porque introdujo una religión que los romanos educados no podían tomar en serio puesto que eran versados en atomismo democriteano, epicureismo y sofismo, mientras que sus siervos contaban historias sobre un rabino judío que se había levantado de entre los muertos y abierto el puente, cerrado desde la Creación, que permitía al alma reunirse con Dios. Aunque los cuentos no tuvieran sentido para las autoridades romanas sus adherentes sobrepasaron rápidamente al Imperio. La ciencia ha reemplazado hoy las aspiraciones de la Roma imperial como el mito dominante de control y pensamiento. Ofrece limpias y cuidadas explicaciones del mundo. Pero la gente persiste en contar historias raras de luces en el cielo, seres extraños y fantásticos encuentros que no pueden dejarse de lado.
Mi propio encuentro personal con un OVNI me llevó a verlos como reales, cualquiera sea el significado de «real». Son fenomenológicamente reales. En verdad, mi afirmación es que la psilocibina muestra un efecto de tal magnitud al final de la historia que lanza reflejos pequeños de si misma hacia atrás en el tiempo. Son las apocalípticas concrescencias que atraviesan la continuidad histórica, encienden religiones e histerias variadas e infiltran ideas en sistemas nerviosos hipersensitivos.
Para el Esjaton ubicado en la eternidad todas las cosas son aproximadamente coexistentes en el tiempo y fuera del tiempo. Todos los acontecimientos ya han tenido lugar. El chamanismo es una técnica formal para ver el objeto hiperdimensional fuera del tiempo de modo tridimensional, por transeccionar (hacer un corte a través) muchas veces hasta que emerja una visión clara. El hongo evoca una profunda conciencia planetaria que muestra que la historia es una espuma de artificio que apareció en los últimos diez o quince mil años y se extendió rápidamente por el planeta. Pero la mente de los seres humanos precede a la historia de la tecnología y va hacia atrás hasta la oscuridad arcaica.
Una de las cosas que decíamos en The Invisible Landscape (El paisaje invisible) es que en el cuerpo humano hay caminos de entendimiento que no han sido seguidos a causa de desviaciones epistemológicas; por ejemplo, el uso de la voz para realizar cambios fisiológicos en el propio sistema nervioso. Esto puede parecer absurdo en cierto nivel, pero por otra parte es simplemente una manera formalizada de aceptar el hecho de que el sonido es energía y que como tal puede ser transducida en varios canales y cuando se dirige al cuerpo produce cambios. El canto monocorde o melódico son prácticas chamánicas en todo el mundo, los cantores chamánicos navegan a través de un espacio con el cual hemos perdido contacto como sociedad.
Cuando falla el canto del chamán su mundo estalla en una situación de debilitamiento psíquico que contiene un elemento de «pánico» en el sentido mitológico, que evoca a Pan emergiendo con fuerza del mundo subterráneo. El equivalente de este pánico en nuestra sociedad es el OVNI como entidad psíquica autónoma que se ha deslizado fuera del control del ego y se acerca cargada con la «diversidad» del inconsciente. Conforme uno mira eso, uno contempla lo propio, el campo de nuestra personal información mundana, desplegado de un modo extraño, distante, casi transhumanamente frío, y lo relaciona con el mito de lo extraterrestre. Lo extraterrestre es la Superalma humana en su expresión general y particular en el planeta. Aunque esto no deja fuera la débil posibilidad de que el hongo también nos ponga en contacto con extraterrestres en planetas que circunvalan otros soles en algún lugar de la galaxia, eso significa que probablemente esta comunicación es mediada por la Superalma. La Superalma es un tipo de campo que generan los seres humanos pero que no está bajo el control de ninguna institución, gobierno o religión. Es realmente la forma de vida más inteligente en el planeta, regula la cultura humana mediante la liberación de ideas provenientes de la eternidad en la continuidad de la historia.
El OVNI es una idea destinada a confundir a la ciencia porque la ciencia ha empezado a amenazar tanto la existencia de la especie humana como la del ecosistema planetario. Este es un momento en que se hace necesario un shock para la cultura, equivalente a lo que fue el de la Resurrección para el Imperio Romano. Los mitos que se desarrollan actualmente son similares a los mitos mesiánicos que precedieron la aparición de Cristo. Son mitos de la intervención de una entidad superinteligente que proviene de las estrellas para revelar la manera correcta de vivir. El OVNI podría ser un disruptor de la ciencia a través de una serie de demostraciones dirigidas a convencer a la mayor parte de la humanidad de que el propósito de la historia es nada menos que la total inmersión en las enseñanzas del OVNI. Una vez que este mensaje fuera arrojado a todo el mundo por medio de la trasmisión por televisión, el OVNI podría simplemente desaparecer. Siguiendo la estela de esa partida podría aparecer un tipo de histeria de abandono similar a la que inundó las comunidades cristianas después de la Resurrección. Cesaría el desarrollo de la ciencia. La religión OVNI-orientada corporizaría un arquetipo de enorme poder, capaz de mantener el dominio del mismo modo que el cristianismo, que detuvo el desarrollo de la ciencia por mil años.
WN: A los científicos no les gustarán sus opiniones.
TM: Pienso que hasta cierto punto la ciencia ha traicionado el destino humano. Nos han conducido al borde del vuelo a las estrellas pero también al borde del holocausto termonuclear. El resultado de esta traición es que la ciencia puede muy bien ser barrida por la revelación de los OVNI. Los científicos han sido siempre como el apóstol Tomás, queriendo poner sus manos en las heridas del cuerpo incorpóreo. Si se ofrece la herida, si el plato volador viniera y fuera visto por millones de personas, los científicos serían los primeros en convencerse. Antes de que suceda tenemos que ser cautelosos y actuar ahora para preservar nuestra libertad de pensamiento descalificando nuestra propia situación ante la revelación de los platos voladores. Una religión opera por la ley de los grandes números, por eso, mientras el ochenta por ciento de la gente crea, puede transformarse la civilización. Pero es posible ser uno entre el veinte por ciento que no cree y mantenerse donde las aguas no llegan.
Una voz que dio orientación y guía a la civilización occidental ha guardado silencio por diecisiete siglos. Es el Logos y todos los antiguos filósofos trataron de invocarlo. Para la filosofía helenística fue la voz que dijo la autoevidente verdad. Con el paso del tiempo y la muerte de los dioses paganos la concientización de este fenómeno se desvaneció. Sin embargo, está todavía disponible con la mediación de los maestros de las plantas. Si podemos examinar inteligentemente las dimensiones que las plantas psicodélicas ponen a nuestra disposición, podemos ponernos en contacto con la Superalma y dejar atrás esta era donde las jerarquías dominantes tienen que ser domesticadas por el OVNI y los mesías y donde el progreso tiene que ser frenado por un milenio porque la cultura no puede hacer avanzar la ética al mismo ritmo que la tecnología. Si pudiéramos dialogar con el Otro (lo distinto) comprenderíamos todas estas cosas y empezaríamos a contactar el tao de los ancestros. Es posible que tengamos que desarrollar una alternativa chamánica en la cual la gente entrenada pudiera mediar la experiencia de grupo disponible mediante el uso de las plantas psicodélicas.
Nos hemos cerciorado por medio de encuestas de que el contacto con el OVNI es posiblemente el motivo que con más frecuencia mencionan los usuarios recreacionales de psilocibina, quienes utilizan un rango de quince miligramos por dosis, suficiente para evocar el espectro más amplio de efectos psicodélicos. Ellos encuentran otro espacio con OVNI y aliens (hombrecitos verdes). Efecto similar produce el uso de DMT. Este también lo conduce a uno a espacios salvajes, jocosos, llenos de duendes, como si hubiera una realidad alternativa tanto lingüística como dimensional. Uno sintoniza un canal de lenguaje diferente y entonces, con esa lengua fluyendo dentro de la propia cabeza uno observa el otro lugar. Esta realidad alternativa es sorprendentemente distinta de la mayor parte de las tradiciones culturales que describen a qué se parecen esas realidades. Nada lo prepara a uno para la cualidad crujiente, electrónica, hiperdimensional, interestelar, extraterrestre, de ciencia ficción; es un espacio complejo lleno con superficies curvas muy pulidas, máquinas que se transforman geométricamente en seres y pensamientos que se condensan en objetos visibles.
Un motivo recurrente que es muy interesante para mí es el lenguaje hiperdimensional. Bajo la acción de DMT uno escucha un lenguaje que es muy débil y lejano primero y que se vuelve más y más fuerte sin que sobrepase nunca una transición distinta cuantificable, y llega a ser un fenómeno no del campo auditivo sino del visual. En efecto, es una alucinación evolutiva extremadamente realista y de muy extrañas proporciones. Es un maelstrom arábigo de color y forma y uno siente de algún modo la Capilla Sixtina, la Kaaba, y Konarak. Un infundíbulo hiperdimensional. Hay información extraña diseminada en todas partes en el otro espacio. Lo que es realmente asombroso es que la historia humana y la del arte reflejan tan poco de todo esto.
WN: Pero lo hacen… ¿Usted lo ve?
TM: Oh, uno lo ve, pero débilmente. Cuando usted ve la cosa verdadera se pregunta: «¿Cómo conservar esto tapado?». Ruge en la puerta de al lado. Los métodos epistemológicos modernos no están preparados para tratar con espacios poblados de duendes ruidosos. Tenemos una palabra para esos espacios, los llamamos «esquizofrenia» y cerramos la puerta. Pero estas dimensiones han estado con nosotros diez veces más tiempo que Freud. Otras sociedades se han reconciliado con ellos. A causa de accidentes de la botánica y la historia la cultura europea ha estado lejos por un tiempo de las dimensiones psicodélicas. Hemos olvidado las dimensiones de las triptaminas y psilocibina desde por lo menos el incendio de Eleusis. Hemos logrado realizar maravillosas empresas en ciencia y tecnología mientras que otras culturas en todo el mundo han conservado la llama arcaica encendida. Los discos que cruzan los cielos de la tierra indican que el inconsciente no puede seguir esperando por siempre. Cuando descubramos que la imaginación es realmente la base del ser, será como si el hombre hubiera descubierto el fuego por segunda vez. La imaginación será el camino de oro hacia el nuevo hiperespacio cultural.
WN: Entonces, ¿qué haremos?
TM: Pienso que la tarea de la historia es lo que yo describo como darnos vuelta de adentro hacia afuera. Internalizar el cuerpo y exteriorizar el alma como un disco dorado viviente. Yeats lo escribió en el poema «Sailing to Byzantium» (Navegando hacia Bizancio):
Oh sabios de pie en el sagrado fuego divino
Como en el mosaico de oro de una pared,
Venid del fuego sagrado, halcón en giro,
Y sed los maestros cantores de mi alma.
Mi corazón se consume; enfermo de deseo
Y asido a un animal moribundo
No reconoce qué es; y me recoge
En el artificio de la eternidad
La frase «el artificio de la eternidad» evoca un futuro extrañamente mecanicista pero espiritualista también, en el que el arquetipo del OVNI está llamando a la humanidad. En el curso de diez mil años, desde las máquinas más tempranas hasta el presente, la humanidad está llegando a ser una criatura transplanetaria. Es, como decía H. G. Wells de la historia, «una carrera entre la educación y la catástrofe». Procesos químicos y atómicos crecientemente destructivos han estado siendo liberados, forzando a la especie a darse cuenta de que sus aspiraciones son extrañas a la ecología del planeta y que ella y el planeta tienen que separarse. La transformación de la humanidad en viajero espacial, puede ser viajero en el tiempo, es, en una escala biológica, el gran objetivo de la historia. La llegada de la agricultura y la urbanización es menor, comparada con lo que va a suceder a esta especie, a estos monos, conforme dejen el planeta con sus computadoras y sueños.
La información está suelta en el planeta tres. Algo inusual está sucediendo. El mundo no está hecho de quarks, paquetes de ondas electromagnéticas o los pensamientos de Dios. El mundo está hecho de lenguaje. El lenguaje se está replicando a sí mismo en ADN, el que, en el ápex evolucionario, crea sociedades de seres civilizados que poseen lenguajes y máquinas que usan lenguajes. La tierra es un lugar donde el lenguaje literalmente ha llegado a estar vivo. El lenguaje ha infestado la materia; se está replicando, definiéndose y constituyéndose a si mismo. Y está en nosotros. Mi voz hablando es una boca de mono haciendo pequeños ruidos bucales que acarrean el significado que les hemos asignado y el significado es lo que importa. Sin el significado uno sólo tiene pequeños ruidos bucales. El significado es una forma cruda de telepatía; conforme usted escucha mi voz, mis pensamientos se vuelven sus pensamientos y los comparamos. Esto es comunicación, comprensión. La realidad es el dominio de los códigos y esa es la razón por la cual el problema de los OVNI es como un problema gramatical, como un participio colgante en el lenguaje cuadri-dimensional que hace la realidad. Elude aproximaciones simples porque su naturaleza está de alguna manera incrustada en la maquinaria del conocimiento epistémico mismo.
WN: Así que no seremos capaces de encontrarlo si vamos al espacio.
TM: No. Está dentro de nosotros. Es nuestra alma. No seremos capaces de encontrarlo hasta que nosotros nos pongamos de acuerdo con la parte escondida, el inconsciente colectivo, la Supermente. Tenemos que enfrentar el hecho de que hay un nivel de control jerárquico ejercido sobre la especie humana como un todo y que nuestro destino no lo decidimos nosotros. Está en las manos de un superorganismo del destino, democrático, ameboide, superinteligente que se llama Todo el mundo. Conforme nos ponemos de acuerdo con esto, conforme tomamos nuestro lugar incorporados en el cuerpo de Todo el mundo, la información fluye más libremente y la realidad de esta criatura informacional se ve con más claridad. El hecho es que nos encontramos en una relación simbiótica con un organismo hecho de información y ésta es la situación que el chamanismo clásico de plantas alucinógenas refuerza con energía.
Es en la dimensión psicodélica que uno finalmente puede sintonizar con la voz del organismo y emprender un diálogo. Entonces se explica que las cosas no son como usted pensaba que eran y que hay en efecto capa sobre capa de significados entrelazados y muy poco más. La imaginación es de verdad la base del ser. Hay una dimensión paralela al tiempo, fuera del tiempo, que sólo es accesible en el grado que uno pueda desconectarse de los sistemas cognitivos conectados con la historia que nos han conducido hasta aquí. Por eso se ha dicho siempre que la experiencia psicodélica actúa como un catalizador sociológico.
WN: ¿Qué son los chamanes? ¿Cómo trae el mensaje a la tribu el chamán?
TM: La tribu es un sistema preparado para recibir el mensaje. Nuestra sociedad tiene un modo distinto de hacerlo: las élites de poder con el control político trasmiten en forma descendente las filosofías aprobadas que entonces se aplican.
WN: ¿El Estado como chamán?
TM: El Estado como chamán, el Estado como el mediador del sagrado deseo divino, en lugar de una relación personal —un acercamiento protestante, si quiere— a la Supermente. El OVNI representa una instancia de crisis entre el individuo y la Supermente, donde ésta rompe la cortina opresiva que se ha levantado a su alrededor y viene a reunirse con el individuo. Es como una entrevista con un ángel —o un demonio—. Está cargado con intensas resonancias psicológicas para la persona que lo experimenta. Es una experiencia intensamente sobrenatural.
WN: ¿Cada momento de creación reconocible, entonces, muestra cómo la Supermente rezuma, de lo que uno saca una síntesis de la información que se vuelve su pensamiento creativo, su descubrimiento del Otro?
TM: Mi teoría del tiempo matemáticamente formaliza la noción de que la novedad es la onda constante de la eternidad. La novedad rezuma en el tiempo a un promedio variable que puede describirse matemáticamente usando los cambios inherentes del I Ching. (Ver capitulo «Resonancia temporal».) Los OVNI parecen venir de la eternidad. No vienen de las estrellas a menos que puedan moverse instantáneamente desde y hacia ellas. Vienen de otra dimensión: uno casi puede decir que vienen de más allá de la muerte. De una dimensión totalmente diferente de la nuestra, pero ligada a la psique humana de una manera confusa, alarmante —y chamánica—, que restaura la confianza. Es difícil saber hasta qué grado los no participantes de la civilización del siglo veinte perciben esto. ¿Cuál es la experiencia de las personas que usan hongos sin relacionarse con la civilización del siglo veinte? ¿Aceptaron siempre, desde el Paleolítico, la presencia de la dimensión superfuturista? Puede ser que en cualquier tiempo haya habido gente que mantenía intercambios con el fin de los tiempos, en el lejano futuro. Pero ahora nos hemos definido hasta el punto de que podemos dejar el planeta, dejar la cáscara del mono, dejar todas las concepciones de nosotros mismos ligadas a la tierra y hacemos a la mar de la imaginación pura.
WN: Alarmante.
TM: Alarmante. Gnóstico. Puede ser que, como dijo alguien: «Me suena a megalomanía, Martha». Pero uno tiene que preguntarse cuán loco le habría parecido el siglo veinte a alguien del diecinueve o el quince. A lo que se llega es a tratar de tener fe en que los seres humanos somos capaces de hacer el bien, porque, a pesar de lo que seamos, estamos tomando bajo nuestro control la definición de ser humanos. Por medio de la ingeniería genética, a través del diseño de drogas, por las pruebas de la dimensión psicodélica, por la interfase mente/máquina, estamos empezando a ser el espejo de nuestras aspiraciones más profundas. Surge la pregunta: «¿Cuáles son nuestras más profundas aspiraciones? ¿Cuál será el futuro?». ¿Será cierto tipo de pesadilla mefistofélica, el superhombre nietzscheano volviendo a perseguirnos de modo que haga parecer un picnic al Tercer Reich? ¿O elegiremos los elementos de cuidado y control, de estética, el deseo de escapar hacia el universo que es, en efecto, arte? Esto es lo que es posible: que podamos llegar a ser habitantes de nuestra propia imaginación. Con la tecnología para construir grandes hábitat en el espacio, es posible imaginar una completa galaxia social de ciencia ficción creada en una región de menos de doce horas luz de diámetro con el sol en el centro. Uno puede imaginar cincuenta o sesenta mil hábitat independientes dedicados a la ejecución de experimentos sociales de todo tipo, espacialmente independientes pero ligados electrónicamente en órbitas de muy larga duración desde el sol cercano a los lejanos planetas.
Por el uso de tecnología actual podríamos ya producir el ambiente hawaiano a distancias de catorce horas luz del sol, que es varias horas luz más allá de Plutón. Esto significa que el sistema solar completo se ha vuelto enteramente habitable pero sólo si transformamos la imaginación humana para percibir que «elevarse» (getting high) no es una metáfora, es la finalidad de la empresa humana. Es cierto que la tierra es la cuna del hombre, pero uno no puede quedarse en la cuna para siempre. El universo nos llama. Ha transcurrido sólo un momento geológico desde que nuestros antecesores chamánicos comenzaron a masticar los hongos y entrevieron la figura de los humanos radiando a lo ancho de la galaxia como una fuerza vital perfeccionada y superinteligente. El momento histórico postindustrial es una lucha de quince vueltas que decidirá si esto sucederá o no.
WN: ¿No es cierto que la meditación es una especie de catalizador de la imaginación, en cierta manera, una fuente de inspiración?
TM: Precisamente, es un éxtasis. Se reclama que estos estados pueden conseguirse de distintas maneras. Hay muchas clases distintas de éxtasis, pero la peculiar dimensión extraterrestre que producen las triptaminas no es el éxtasis estándar de los místicos, o tendríamos más de un reflejo de ello en la literatura mística. En efecto, una de las cosas más curiosas es por qué los motivos fantásticos de la visión con DMT no se encuentran en ninguna cultura tan lejos como yo haya podido detectar.
WN: Implicaría eso que la gente temía estas visiones cuando las habían tenido y por lo tanto no lo descubrían pensando que podían enloquecer.
TM: Pienso que el cambio es tan radical y las implicaciones tan difíciles de aceptar —tiene razón— que la gente, o sentía amenazada su sanidad o reconocía el desafío de la realidad del mito de su sociedad y se reprimía. Es muy difícil asimilar estas realidades contradictorias que lanzan duda sobre todas las cosas que uno asume con respecto a la realidad que habita. Qué extraño sería el mundo si esto continuara operando alrededor de nosotros lleno de información extraña, producto de su propia historia y con apetito por su propio futuro.
WN: Estas son teorías de ciencia ficción. Quiero decir, uno se topa con un cúmulo de estas ideas en distintos lugares, pero usted dice que esto es real y es su misión, básicamente su «llamada».
TM: No quiero decir que mi interpretación sea la única posible pero seguro que digo que los compuestos triptamínicos sancionados por los chamanes producen una experiencia muy particular que tiene más relación con la experiencia del OVNI que con la clásica mística respuesta de otros alucinógenos, y que las actitudes sociales y otros factores han conspirado para guardar esto encubierto. La conexión de los OVNI no ha sido cuidadosamente estudiada porque la gente que se interesa en platos voladores no se interesa en psicodélicos. La gran mayoría de gente interesada en OVNI son en gran parte cerebros interesados en hardware, convencidos de que las naves proceden de Zeta Reticuli. La explicación psicológica y chamánica no es particularmente bienvenida en ninguna parte.
Mientras tanto, la comunidad de investigadores psicodélicos siente que trabaja bajo un estigma sin necesidad de aliarse con la gente de los platos voladores, que sería como poner un ancla a un albatros. Puesto que yo me encuentro fuera de todo esto, puedo leer y apreciar los trabajos de investigadores como Mircea Eliade pero todavía criticar que los informes antropológicos ortodoxos sobre el chamanismo no hayan aceptado lo extraña que realmente es la experiencia chamánica psicodélica. Es una experiencia que propone problemas no sólo para los llamados pueblos primitivos que usan estas plantas, sino también fundamentales e igualmente profundos para nuestra sociedad. No podemos asimilar mejor el contenido de la experiencia psicodélica que lo que lo hace un habitante de las montañas de Nueva Guinea o un indio witoto de la cuenca del Amazonas. Realmente, tenemos menos que una base para aceptarla y nos encontramos como cultura en una crisis —de nacimiento en un sentido y terminal en otro—. Si no conocemos la naturaleza de la realidad totalmente tendríamos que corregir el déficit, por eso mi motivación es ayudar a hacer la corrección.
WN: ¿Ha ido usted a esos lugares en compañía de otro humano y hecho una experiencia paralela, combinada?
TM: Pienso que sí. Seguro que cuando uno toma ayahuasca con gente de un grupo en el Amazonas, en medio del canto del chamán uno tiene el sentimiento definitivo de que está siendo transportado a través de la misma experiencia topológica y que le muestran las mismas cosas. También cuando uno toma psilocibina con otra persona cuando se encuentran yaciendo juntas, se tiene el sentimiento de que uno fluye junto con el otro en un solo acto de percepción. A veces una persona puede describir la visión y alejarse y la otra puede continuar la descripción y todo fluye conjuntamente. Estoy totalmente convencido de que la telepatía ocurre en estos estados aunque no estoy seguro de cómo puede conseguirse que sea un fenómeno repetible.
Desafortunadamente para la investigación de estos fenómenos, la psilocibina se ilegalizó como una consecuencia del pánico que llevó a que se clasificaran como ilegales casi todos los psicodélicos. Nunca se realizó una averiguación o un examen independientes: era un agente alucinógeno y por lo tanto ilegal. Esto ha impedido que reciba la atención que merecería como herramienta para iluminar la psique y catalizar la imaginación.
WN: ¿Cómo propone reeducar a la gente en relación con estas sustancias?
TM: Lo que ha faltado siempre en la investigación psicodélica es un examen del contenido de la experiencia, por lo que necesitamos darle estos compuestos a gente muy inteligente que quiera trabajar con ellos en situaciones distintas al medio clínico.
Debemos contestar la pregunta: ¿Cómo cambia esta experiencia la vida de la gente que se encuentra en un ambiente abierto no estresante? En el Amazonas, que no es precisamente un ambiente no estresante, encontramos que conforme viajábamos río arriba y contactábamos pequeños poblados donde las plantas alucinógenas se conocían y usaban, la realidad se transformaba. La realidad es verdaderamente una criatura hecha de lenguaje y de estructuras lingüísticas que uno lleva en la mente sin ser conocidas por uno mismo, y que bajo la influencia de la psilocibina empiezan a disolverse y le permiten percibir más allá de lo que se habla. Los contornos de lo que no se puede hablar empiezan a emerger en su percepción y aunque usted no puede decir mucho de lo que no puede hablarse, eso tiene poder para colorear todo lo que usted hace. Uno vive con eso; es la invocación del Otro. El Otro puede volverse el yo y muchas formas de enajenamiento pueden curarse. Por eso el término alien (extraño) tiene esas connotaciones.
WN: ¿Cuál es la próxima etapa?
TM: La próxima etapa es confirmar algo de lo que he dicho para conseguir consenso entre varios grupos de investigadores y tratar entonces de planear una estrategia, química, clínica o de otro tipo.
WN: ¿Cómo establecerá usted este programa de investigación?
TM: Es importante dar estos compuestos a voluntarios, pero también darlos a los investigadores que van a trabajar con el problema. Mucha conversación terapéutica gira alrededor de la experiencia psicodélica, pero ¿cuántos terapeutas han hecho la experiencia psicodélica? El planteo inicial fue el correcto. Es la noción de que gente inteligente, pensante, podía tomar los psicodélicos y tratar de comprender qué sucedía. No grupos de prisioneros, ni estudiantes graduados sino gente madura e inteligente necesita compartir las experiencias. Es muy temprano en la ciencia. Lo que necesitamos ahora son diarios de exploradores. Necesitamos muchos diarios de muchos exploradores para poder tener la experiencia del territorio.
No es coincidencia que un renacimiento del uso de los psicodélicos ocurra mientras adquirimos la capacidad tecnológica de dejar el planeta. Las visiones del hongo y la transformación de la imagen humana precipitada por la exploración espacial giran juntas. No sucede nada menos que la emergencia de un nuevo orden humano. Una clase de cultura humana telepática, universalista, está emergiendo y hará parecer todo lo precedente como la Edad de Piedra.
WN: ¿La Supermente, la Superalma, asimilan el conocimiento personal que se acumula en una vida humana?
TM: Cuando la conciencia sea finalmente comprendida, se comprenderá la ausencia de conciencia. El estudio de la conciencia lleva, inevitablemente, al estudio de la muerte. La muerte es a la vez un fenómeno histórico y personal sobre el cual nosotros, como monos, tenemos gran ansiedad. Pero lo que la experiencia psicodélica parece estar puntualizando es que realmente la visión reduccionista de la muerte ha dejado fuera el punto y que hay algo más. La muerte no es simplemente extinción. El universo no construye formas tan complejas como nosotros sin conservarlos en alguna asombrosa y sorpresiva manera que se relaciona con las intuiciones que tenemos de la experiencia psicodélica. El OVNI viene de esta lóbrega región, más allá del final de la historia, más allá del final de la vida. Es suprahistórico y supraorgánico. Es misterioso, extraño, eriza los pelos. Es a la vez la apoteosis y la antítesis del viaje del mono hacia la mente. Es la mente mostrándose a si misma. Esto es todo lo que la religión es: olas de choque que desaparecen por un acontecimiento al final de la historia. Estamos ahora muy cerca de ese evento y la psilocibina nos conduce al lugar donde está sucediendo constantemente. El tiempo, la eternidad y el milenio son hechos consumados, no una anticipación. He aquí que el hongo se yergue al final de la historia. Atrae toda la historia hacia sí. Es una fuerza causal que opera sobre nosotros retrospectivamente a la largo del tiempo. Por eso suceden todas esas cosas del modo que lo hacen; porque todo está siendo atraído hacia un nexo de transformación.
Every weekend i used to pay a visit this website, because i want enjoyment, for the reason that this this website conations really good
funny stuff too.