Cuando se cuenta una historia uno no debería estar sobreinfluenciado por las azarosas ocurrencias de la realidad
Hendrik Casimir
Tenemos que tener claro que cuando se transforma en átomos, el lenguaje puede ser usado solo como en la poesía.
Niels Bohr
El corazón de las guitarras, ese espacio entre dos cuerdas y cuánta matemática cabe en la caja que acuna una canción. Dicen que los indios hablan por la felicidad que les provoca oír su propia voz. La realidad no tiene antecedente, nadie viene a hablar por ella. Quizás las cosas también enmudecieron. Abrir un agujero insignificante entre dos bloques, una nota inicial, en sordina, no tiene más destino que la posposición de lo que viene. Lo neutro: el espacio abierto en lo binario de la historia. Una cadena no deja de serlo por estar abierta, su ley es la comunicabilidad: cada eslabón cerrado se despliega mediante una línea y proyección. Su espacio es el de lo no dicho, la pausa sirve de prólogo: oquedad para que el mundo se amplifique.
Imperio Romano
La precisión de dos esquinas y su conversa únicamente
cuánta blanca baldosa interrumpía el ritmo de la roja
los rostros que proyectaban las fachadas una comedia
repetida por TV quizás
el número de grutas o alcohólicos o la música
que anciana vuelve del supermercado
¿qué era aún antes de que la piedra saliera a la cabeza?
Menos, tal vez, como un robo aunque sin magia
ese toro de juguete enterrado en la puerta de la casa
ese sol que ya nunca pudo salir del wáter roto
ese mecanismo repite una canción en cada vertedero.
Fundación Las Rosas
Pensó en tocatas punk, oi, skin: cultura popular
entran 2 X 1 libro, comida no perecible, ropa
abrigada.
Alguien lucha contra una película de vómito y pichí
mediante la repetición del movimiento que usa el
artesano: habitar, un verbo colectivo.
Gatos sobre la brasa fría del Mapocho
la creación era esto: pegar la loza azul e incolora
con calma irse tras la coherencia, la vida armada
hundir nuestras guitarras en el calefont del otro
ah un documento de barbarie el té frío en inglés
y no comer con la mano que te limpia el poto.
Calotipo
Tu piel la posibilidad de reunir los colores
darle textura al tiempo en que aparece
sin esta destrucción de la forma solo tu pecho
callaría
Cómo si esta especie va a morir el retorno
nada dice que haya unión en el contacto
el sexo nos humilla con su enciclopedia
bebe para oír a los muertos como un novelista
es la historia y sus corcheas una mentira popular
vienen a nombrarnos
yo me niego a tu quietud como a las proporciones
los dichos crecen hasta el eco e impiden el sueño
llegamos tan temprano al gran arte que solo satisface
una poda de parras y abrir con agua las veredas
y que entre el mundo y que se deshaga de luz.
Es el cuadro idóneo para un cuerpo como el tuyo.
Ilustración: The Observer, por joyceh1009
Juan Manuel Silva Barandica. Casimir. Santiago: Calabaza del diablo, 2014.