adams-carvalho

Qué sabéis

Qué sabéis vos de locura,

si ni ella misma conoce sus desvaríos,

la más esquizofrénica melodía, es Harmonía

en sus oídos insanos y ruidosos.

Qué sabéis vos de amor,

si nunca en vuestra vida, habéis sentido

la dolorosa y casi agónica sensación

en la garganta y estómago, esa mezcla

de ansiedad, cardíaca quietud y muerte en vida.

Que sabéis vos de dolor,

si nunca os a faltado el ser querido,

nunca habéis estirado la mano, queriendo

coger esa que estaba ahí y ya no está.

Aquella que levantaba vuestra miseria,

bendita miseria que  hoy es parte de vosotros.

Qué sabéis vos de soledad,

si jamás habéis sentido la lejanía de vuestra

tierra amada, montañas lagos y bosques.

Qué seguramente nunca más volveréis a ver.

Qué sabéis vos de muerte,

Si, ni en vuestros pensamientos más oscuros

habéis imaginado la sangre de vuestros

Enemigos y sus hijos. Mucho menos

el arrepentimiento por el dolor causado.

Qué sabéis vos de igualdad,

Si cuando ves al hombre lo clasificáis,

separáis y catalogáis. Por credo, sexo y nacionalidad.

Sabiendo que todos nacemos libres e iguales.

Qué sabéis vos de humanidad,

si… en el fondo no sois humanos

Bestial

Olvidar el dolor interno

de la mano golpeadora.

Tú sangre derramada en mis pies,

en tu mirada perdida.

Cómo olvidar que te hice pedazos

y comí tu corazón a mordidas,

bestiales mascadas grabadas

en lo más profundo de la genética.

Que tus manos las guardo en mi espalda.

Transformadas en cicatrices eternas que marcan mi cuerpo.

Cómo olvidar si llevo un colgante con tus ojos y un anillo con tu pelo.

Mía

Tus labios se tornaron azules

acentuando mas tu belleza.

Tus ojos van perdiendo el brillo

o será la bolsa plástica que tienes en la cabeza.

Te hice venir para expresar mi amor

puro y sincero, ese que tanto quieres.

Me besaste, me hiciste el amor,

escuchaste mis juramentos eternos

y al final de la noche dijiste que

te ibas, él te merecía y esta

era nuestra despedida.

Peco de egoísta al no querer compartirte.

Hoy, ya no serás de nadie; tu última mirada, tu último beso,

tu último suspiro, fueron para mi… solo para mí.

Poemas publicados en El Segundo libro de Michel Deb «La mala poesía de Saito» (2013)

Editado por Olga Cartonera (Chile)

Ilustración: Adams Carvalho