PREMIO LITERARIO «LEONARDO MURILLO»

Cuando logre dispararme en la sien
saldrá una banderita
que irrumpirá en mi cráneo
y flameará como en las fiestas patrias
No se me abrirán nunca los ojos
y quizás alguien me bese
como la primera vez
Cuando logre dispararme en la sien
unos llegarán a concluir «por eso»
y otros no podrán entenderlo nunca
Mi madre caerá en depresión
y mi padre no sabrá contener
la otra cara de ese primer llanto
La ausencia de mi voz
será una huella abierta en mis hermanos
El resto prenderá el televisor
cinco días después.

NI SIQUIERA ROCK AND ROLL

Amigo, me da por preguntar qué hay en ti
La burla de los propósitos exclama la metralla de las conversas con tu polola
Amigo, si la vida no es fiesta, ni trago, ni siquiera rock and roll
Yo defeco en el amor que demuestras en las calles
Amigo, ven, que tenemos que conversar
Bajarnos al mapocho a compartir con los pobres
en vez de ir a tomarnos eso que tú llamas chelas entretención y carretear
Yo no quiero carretear
Yo quiero estar aquí en mi casa acostadito
Amigo, me da por preguntar qué hay en ti
Fúmate un cuete pensando en «Gaete»
y apúrate en decirme que aproveche la vida
cuando no me alcanza la plata ni para la micro
y el chofer escupe en mi cara
Y con suerte tengo cincuenta para comprarme un cremolate
«Amigo, si la vida no es fiesta, ni trago, ni siquiera rock and roll»

Te veo exclamando como joven la palabra: «macabro» con tu polola
comulgando al compás de la moda de la radio juvenil
Seamos geniales, somos jóvenes
Digamos «heavy»
Digamos «heavy» exhalando ese aire tan de persona grata
y finalmente se logró el clima de independencia que te piden las que piensan con
el choro
porque me pongo a recordar el trazado de los que tenían la marca
pues debíamos mojar el pan duro para enseguida secarlo en el horno
Y mi hermano cuando niño en vez de cinturón se ponía una corbata
Y yo acarreaba los bolsos de tu madre en la feria por cincuenta pesitos
Y me paseaba por los supermercados para robar lamidas a los yogurts
E intimidaba tus pasares con mi cara de punga
Y pedía diez pesos en las finales de futbol
Y los civiles apuntaban con pistolas de verdad
Y fuimos escoria moral y animal para tus tíos
Y nos teníamos que levantar a las cinco de la mañana
Y no había plata para el pan de la once
Y yo le lloraba a mamá como si me hubieran golpeado con hambre
Lloraba Señor joven Juvenil, lloraba

Tú me dices: «carretea, aprovecha tu juventud»
mientras un plato se estrellaba en la cara de mi madre
mientras le sacaban la cresta
sin atreverme a defenderla con esta cobardía de cuero
en tanto tú te limpiabas el poto con papel higiénico orquídea
Tú me dices «carretea, aprovecha tu juventud»
Amigo, me da por preguntar qué hay en ti
Amigo, si la vida no es fiesta, ni trago, ni siquiera rock and roll.

¿A QUÉ HORA SALE EL PAN?

Tener un deseo: llorarle esta pena
cuando esperemos en el paradero,
decir que me hubiera gustado mucho
reírme con ella en las plazas del barrio.
Y sin embargo, son cosas que ocurren:
nunca dice nada la silenciosa;
la miro y tampoco le digo nada.

Vuelvo a casa con la bolsa del pan
y mis perros me reciben felices.
Mueven la cola, hacen piruetas, saltan
y llego a pensar que me compadecen
pero siempre huelen las marraquetas.

Leonardo Murillo San Martín
En el centro solitario del solitario círculo
Santiago, Luna de Sangre Ediciones, 2015

Ilustración: Xuan loc Xuan