56. The Who – Baba O´Riley…5:08

Recuerdo esas mañanas, demasiado frágil para estar en el patio con los otros niños, enajenado viéndolos jugar a la pelota, ausente desde un ventanal de la sala de clases mientras dibujaba y escribía algunas historias, más bien re-escrituras de los dibujos que veía en esos días, los halcones galácticos, los thundercats, el super agente cobra y el festival de los robots… episodios que luego interpretarían mis gijoes como actores de un guión nunca acabado… fue un tiempo confuso, sentirse como un pez fuera del agua con un conocimiento temprano de la muerte diría Chinasky, tener que aprender a respirar de modo pausado por culpa de ese estúpido asma, demasiado resguardado, casi un niño burbuja. -No corras, cuídate de sudar y no te agites que te hace mal.- Exonerado de educación física -oye y ¿por qué tú no juegas con nosotros?- -estoy enfermo- -déjalo está fallado- parte de otra burbuja, una privada, en una ciudad violenta demasiado rápida para un pobre asmático. No conocí la calle hasta las quince, mi mundo era como esas fantasías de Kate Winslet en criaturas celestiales, con todo y Orson Welles incluido, sólo que en mis sueños el viejo Welles era la voz de Unicron,  una cabeza gigante de robot con unos bigotes muy parecidos a Ming, el enemigo de Gordon en los defensores de la tierra, tragándose todo a su paso, igual que el miedo en mi casa, miedo a que un día me olvidara de respirar o simplemente no pudiese hacer llegar aire a mis pulmones y callera fulminado por las fiebres… y cómo pasar por alto las frotaciones, los inhaladores, las vacunas y los costosos tratamientos y el telón de fondo, los otros niños en el colegio, normales, corriendo en los patios que hablaban de espacios inaccesibles y risas que no compartiría jamás – los orígenes del  inadecuado social del mañana – y qué hay del miedo al terrorismo, los márgenes del encierro, ese que todos compartimos… los apagones, los disparos a lo lejos, las sirenas, los adelantos de noticias que mostraban entre comerciales de salvado por la campana o Ulyses 31,  cuerpos desmembrados siendo subidos a la parte trasera de una camioneta, una sabana roja húmeda aún, mujeres llorando, una voz que denuncia y pide ayuda al gobierno, caídas de torres eléctricas que ocasionarían nuevos apagones y una nota que hablaba de Volkswagens, escarabajos como el que tuvo mi madre durante esos años en Lima, cientos de autos sustraídos para luego ser utilizados como coches bomba afuera de un edificio de la PIP y de repente la evasión, comerciales anunciando las nuevas figuras de las tortugas ninjas que podías comprar en Wong… no habían demasiadas opciones… era mejor vivir fuera, en cualquier sitio… lejos, quizá en esos incipientes guiones, en la poesía… en algunas palabras inútiles que podían salvarte aunque fuese un rato…

 

Recuerdo haber leído… “creo ver lo que vi es una creencia y de improviso es cierto, lo estoy viendo pero en otro lugar. Y ¿por qué en otro? Más bien todo en un sitio sin lugares ni estables perspectivas ni, en fin, nada….”

105. Brainiac-Martian Dance Invasion…2:16

(Vale preguntarse cómo llegue a esto) lo he hecho muchas veces… he pasado tardes enteras y noches… buses y pensiones rodeado de personas, algunas que se dicen muy parecidas a mí… otros fenómenos hipersensibles… pero termino hartándome de su mierda… demasiados niñitos bien jugando a ser rockers… muchas punketas al pedo, góticas teñidas de fucsia o verde invitándote tragos, compitiendo contra la falta de hombría de sus pares masculinos cuando al final eso las excita… tanto como tirar sobre la mesa más billetes para más trago y largar citas de algún libro perdido de Onetti o alguna frase inteligente de Woolf, Sarah Kane, Pynchon o Guattari, que sé yo… listas con todas sus armas para arrancarle el corazón a esos Donny Darkos y Mark Rentons wanna be… aunque al final pese a ser tan snobs más allá de su marginalidad, patéticos dentro de su pose alienada y su cultismo pop, todos juran ser americanistas… lo he visto en todos los rincones… desde bares en Vicuña hasta sucuchos en Trujillo, se lavan la boca con residencia en la tierra y el popol vuh,  Churata y la recuperación de los mapuches y el aymara y cuanta mierda quieran rescatar del olvido y ajustar a su moda …

V
“Only a fool trusts his life to a weapon”

Podría decirse que estábamos en una fábrica abandonada. Las rejas oxidadas y grandes máquinas, exponiendo sus desmantelados exoesqueletos arrojados al patio de tierra, delataban el paso del tiempo y la falta de manos amistosas.

 

La pareja llegó en silencio. La caminata y el coqueteo con la mirada eran parte del ritual. Un calentamiento. La antesala del fornicio.

 

El más delgado exhibía una peluca plateada y un vestido transparente. No llevaba ropa interior, exponiendo su pene erguido en dirección al cielo. Con la mano izquierda arrastraba al fornido que sólo vestía un overol rojo y botas de goma.

 

Un poeta afectado describiría la escena con sutilezas referidas a la luna y el canto de los insectos, quizá la presencia subrepticia de otras alimañas como testigos pero no, esto era únicamente un juego de carne y navajas.

 

El gigante de overol posó sus brazos, torneados por la faena de empujar desperdicios en el sector sur, sobre una pared marcada con grafitis en contra de la unión, rayones que pedían la cabeza del Patriarca y sus agentes y a favor de los FIENDS, aquella banda denominada por el gobierno y los medios – terroristas y sodomitas. Su sello característico era un cráneo riendo, imagen que en el pasado identificara a una banda protopunk,

 

El delgado travestí, que respondiera al nombre de Spider from Mars o al alias de Twilight Sparkle, se levantó el vestido por encima del ombligo y sin dudar, concentrado en la imagen del FIEND, arremetió en contra del ano del gigante, cuyos gemidos de placer se confundieron en el acto con un segundo estertor, esta vez, un apagado suplicio de dolor.

 

El largo punzón que Spider sacara de entre medio de sus greñas relucientes había penetrado la oreja derecha del enorme sujeto. Twilight soltó instintivamente el arma y la cintura de su víctima, retiró su pene y se dejó fascinar por la lentitud con que el cuerpo de su enemigo se diluía, arrastrando el rostro por el muro hasta impactar con el suelo.

 

Pensó en patearlo, arrancar su cráneo y violarlo, tal como este y sus amigos lo habían hecho con Esmeralda, su hermana de diez años, hace unos meses, sin embargo, prefirió observar la limpieza de su acto, el hilo de sangre diminuto escurriendo por la oreja de Tucker le hipnotizó mientras tomaba un paquete de nicotina del bolsillo superior del overol marcado con la insignia de la unión.

 

Al dejar atrás el cuerpo y las máquinas, comenzó a reír con locura, secándose las lágrimas, arrojó la peluca brillante a una ruma de telas y contenedores vacíos. Al pasar por una recámara destinada al control de plagas, se topó con otro sujeto inerte, este conservaba el punzón en la oreja, y desnudo de la cintura hacia abajo, yacía sobre una pila de basura en clara descomposición. El olor era terrible, eso registrarían en sus bitácoras electrónicas los agentes, al encontrar a otros dos de sus trabajadores, en similares condiciones.

 

Twilight no podía creer lo fácil que había sido todo el operativo. Ziggy tenía razón – la corrupción de los agentes y trabajadores del sistema, sería el medio para desestabilizar por completo la unión. Quemar el lugar y eliminar las pistas, hubiese sido la elección más usual, pero esto más que una venganza, era una declaración de principios.

 

Al abandonar el recinto en una pequeña nave, Spider from Mars vestía como un agente – chaqueta y pantalón negro, camisa rosa y lentes oscuros – listo para su próxima misión. Violar a la esposa de un acólito del Patriarca y quemar un colegio destinado a hijos de médicos y senadores. El tipo de noticias que los medios usaban para mantener viva la escalada de terror, a diferencia de un posible reportaje acerca de los trabajadores del puerto violados y apuñalados, eso jamás entraría en conocimiento de las audiencias, de todos modos, los agentes reconocieron esa noche su vulnerabilidad.

 

 
77.-Nirvana-Come as you are…3:46

Siempre estamos leyendo y repitiendo las mismas parodias, los mismos chistes, errores y aciertos como máquinas del pastiche, a veces mezclamos los códigos, los devoramos con desesperación, nos atragantamos y si tenemos suerte, conseguimos alguna ocurrencia inesperada, una imagen de catedral con el audio de la pandilla salvaje de fondo… un epígrafe como autógrafo, un raspado inconsciente, qué sé yo… Hago esto por aburrimiento, insatisfacción, placer, porque no sé hacer otra cosa y no puedo entender la vida sin entender primero los balbuceos y garabatos que propician un cruce de miradas… un par de jeans ajustados en un rico culo, hay que decirlo… una señora barriendo el terminal con una violencia implosiva, un gringo revisando su agenda electrónica… buses que llegan y otros que parten, un cartel de piso mojado con un hombre de palotes cayendo con los brazos al aire… carteles, guardias hechos en serie, vestimentas hechas en serie, pies que caminan, niños que aprenden a subir escaleras de forma imprudente… un espectáculo hermoso y artificial como el desayuno en la cafetería, como el techo del terminal y su arquitectura y la sonrisa de la vendedora de pasajes… todo es poetizable… todo es digno de ser narrado porque nada importa, nada existe y espera tan sólo un nombre, una voz que le da movimiento aunque sea con el artefacto trunco y miserable de la escritura… lo otro es puro pajeo…

 

Novela inédita