Tres cuentos de Juan Ramón Ortiz Galeano

Tres cuentos de Juan Ramón Ortiz Galeano

Aunque era un agente bien entrenado, perdió estabilidad en la carrera cuando un balazo le cortó el flanco derecho del cuello; atinó a cubrirse la herida y contraer los hombros antes de que su cuerpo atraviese ya sin cálculo la ventana de cristal, trazando en la caída una estela que tajó la noche como un relámpago de vidrios, hasta que su cara dio de lleno contra el pavimento.

Uno los ve, por Tomás Richards

Uno los ve, por Tomás Richards

  Unos los ve. Es un fenómeno óptico inusual, pero si uno mira de la forma adecuada, los ve. Solamente hay que mirar durante algún tiempo una superficie lisa, ubicada lo suficientemente lejos, pero no demasiado sino sólo lo suficiente, y durante algunos segundos...

Transversa, por Ericka Volkova

Transversa, por Ericka Volkova

Le sentí explayándose dentro mientras lentamente le introducía. Despacio, dejando que la vagina le lubricare para continuar penetrándome en ese interminable ahogo que a mi boca enmudecía en un susurrante y sordo quejido, abrazándole con los músculos de la vulva en el...

Migral 500, por Ana López

Migral 500, por Ana López

Frunce la frente. Cuando lo veo me acuerdo del gesto. Es como un perfume inesperado: el encuentro en la esquina de Rivadavia y Lafuente, la caminata de media cuadra, la escalera, la habitación… La mochila negra de él, demasiado cargada. Y los anteojos alargados y la frente crispada. Y entonces yo reclamándole que está muy serio. Y sacándole los lentes como si fuera la única receta. Después dos horas de todo lo demás.

Por tu propio bien, de Fernanda Melchor

Por tu propio bien, de Fernanda Melchor

Un día, entre unas matas, encontró un brazo humano cubierto de moscas. Lo rondó unos minutos para ver si no llevaba algún anillo. No se atrevió a ir a la policía por miedo a que lo culparan. Y es que a veces los agentes de la zona lo secuestran por algunas horas y lo golpean, nada más para divertirse un rato. Cuando pasan frente a su casa, a bordo de sus patrullas, se llevan las manos a la gorra y le gritan: “Vaya, loquito”.

Estrellas que hacen Ruido, por Juan Echazarreta

Estrellas que hacen Ruido, por Juan Echazarreta

    No había leído Estrellas Muertas, de Álvaro Bisama. Sabía que se trataba de un buen libro. Los críticos que respeto lo habían aprobado, y los otros, se bajaron los pantalones el año en que se publicó (2010). Mis amigos Franco y Sergio, ambos libreros...

Poemas de María Cristina Oliva

Poemas de María Cristina Oliva

  claridad no quiero recovecos de palabras yo he dicho una verdad como agua clara a  través de mis huesos puedes beber de mi sin sombra alguna (me puedes indagar tan fácilmente) no quiero una canción desesperada por encuentro casual de cualquier tipo no quiero...

Poemas de Martín Cinzano

Poemas de Martín Cinzano

Conciencia (de tu) gris Gris por no brillar ni cuando el sol se posa sobre las incipientes canas de las patillas. Por la aridez del paisaje. Por las líneas de ese mapa impreso en tu cara gris. Gris por la inminencia de algo que nunca (se) te ocurre. Conciencia (de tu)...

La Senda de las Luciérnagas, por Alicia Estopiñá

La Senda de las Luciérnagas, por Alicia Estopiñá

  -¿Y el niño? –pregunta Ricardo a su mujer. Pilar, que está preparando la cena, mira el reloj de pared de la cocina, que marca las ocho treinta, y frunce los labios. -Al salir de la escuela se ha quedado jugando en la calle con Carlos y con Enrique, pero ya...

El retrato del Animador, por Miguel Rodewald

El retrato del Animador, por Miguel Rodewald

    Alan Morgan sale de la estación de metro Las Parcelas. Su trabajo como freelancer le exige un buen conocimiento del Gran Santiago. Se desplaza con facilidad en Maipú: camina un par de cuadras por Avenida Hugo Bravo, para internarse en el barrio...

El Túnel y el Bardo, por Sergio Peña y Lillo

El Túnel y el Bardo, por Sergio Peña y Lillo

Desde que yo comencé mi práctica psiquiátrica trabajé con relajaciones hipnóticas. Al principio con las técnicas conductuales del aprendizaje y después fui enriqueciéndolo con imágenes simbólicas para penetrar más profundamente. En los últimos años me encontré que por...

El fenómeno de la vida, por Francisco Varela

El fenómeno de la vida, por Francisco Varela

Escribí este texto para la conferencia inaugural de la II Media Bienal, en Hanover. Para poder dirigirme al un público tan diverso y sin bases necesariamente científicas, escogí un tono de reflexión sobre el futuro, propio de una bienal. El resultado es también una reflexión sobre la transición entre pasado y presente, sobre el futuro del conocimiento, lo que constituye un buen preludio a los temas más arduos de esta última Sección, dedicada a la conciencia.